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Las trabas de la educación

LAS TRABAS DE LA EDUCACIÓN

domingo, 6 de diciembre de 2009

¿Y LOS RECHAZADOS QUÉ?

Ilián AnahÍ Salgado Sánchez




Cada periodo de selección para ingresar a las universidades de la Ciudad de México, miles de jóvenes son rechazados por no haber obtenido los créditos suficientes en el examen de admisión. Las consecuencias en los “rechazados” recaen principalmente en sus estados de ánimo; pero en la colectividad, las consecuencias son mucho más profundas.

Un  periodo de selección tras otro... dos años han transcurrido desde que Gabriela salió de la preparatoria y aún sigue esperando una oportunidad, ya sea en la UNAM, el Politécnico o tal vez la UAM. Ha perdido la esperanza de que la UNAM se convierta en su alma mater, ya que resulta que siempre, al revisar los resultados en la pantalla, se encuentra con un documento informándole lo cerca que estuvo de entrar…al mismo tiempo tan cerca y tan lejos. Ya va de nuevo saliendo del ciber café, ésta vez (de nuevo) con diez pesos menos y la ilusión de obtener un título universitario, mas desgastada, debido a que cada año se recorta el presupuesto a las universidades. Gabriela, Beto y Javier son quienes sufren las consecuencias. Los datos netos hablan de 20 mil alumnos matriculados año tras año solo en la UNAM, y sin embargo no es suficiente, porque resulta que la tasa de estudiantes egresados del nivel medio superior rebasa por una medida de 4 a 5 de los seleccionados.
Los requisitos para entrar a la universidad se vuelven cada vez más inflexibles. Existe una necesidad de veda para los estudiantes y al mismo tiempo surge la pregunta: ¿Para qué México ha de querer universitarios desempleados? O filósofos, o psicólogos o abogados que solo llenan el grueso de cifras inaceptables sobre las cuales la CEPAL, el FMI y el BM tienen serios  conflictos;  “Aumentemos la tasa de empleo, erradiquemos la pobreza, atendamos al mercado laboral flexible” son las consignas de un gobierno que no es sensible a las necesidades de sus subalternos, que no cree en la legitimidad de una sociedad civil a la cual representa. Se acabaron los años mozos del “estado benefactor mexicano” y es que ¿no son esos pobres los culpables de todo, los inconformes con una condición que no quieren superar? Gaby es exactamente la “clase” de pobre que busca superarse, es exactamente a quien empresas como Coca-cola o Walt Mart  podrían contratar al presentarse con su flamante título de Lic. En Diseño gráfico por delante, es ella quien representa a esa fuerza laboral “flexible”, que quiere ayudar a los dirigentes del FMI y a los del BM a inflar el número de la tasa de empleo, a erradicar su pobreza, es el sueño y la consigna, ya que al estudiar, según dicen, puedes igualar  las condiciones económicas y también, al estudiar, eres una mejor persona.
La realidad es que a la poca oferta de ingreso corresponden factores varios como una indefinición del presupuesto anual para las instituciones de educación superior del país, destinando en este año solo el 0.60 % del PIB,  0.6% menos de lo aprobado para el mismo rubro el año anterior, habla para Proceso al respecto el rector del Instituto Politécnico Nacional  Enrique Villa Rivera,  su preocupación se fundamenta en las cifras de estudiantes rechazados solo en este año, que rebasa (basándose en las cifras declaradas por los estudiantes miembros del Movimiento de estudiantes rechazados) el 50% de aspirantes que presentaron el examen de selección.
Es alarmante que las universidades dependan enteramente del Congreso de la Unión sin una cifra preestablecida para poder estimar ingresos y egresos en periodos a largo a plazo, la situación se vuelve insoportable cuando existe una inflación constante en los precios de materiales e insumos para la investigación y el desarrollo de la infraestructura en las instituciones, entre estos intereses se encuentran la construcción de nuevas aulas, el mantenimiento de las que ya existe, el otorgamiento de base y prolongación de horas para los profesores, así como la extensión de nuevos contratos. La actual modalidad de financiamiento le resta certidumbre a las metas educativas a largo plazo, al establecer un año natural como el periodo para la definición de la estructura presupuestal, obliga a revisar y redefinir los programas de trabajo anualmente cuando los proyectos implican plazos mayores para su concreción. A su vez la impuntualidad en la asignación de recursos frustra la adecuada operación de planes estratégicos institucionales.
A toda esta deplorable situación se suma la preocupación de un estallido social a consecuencia de la falta de oportunidades de empleo y educación para 7.5 millones de mexicanos, debido a que nuestra clase política es de raíz incongruente con las metas que se plantea respecto a este asunto y como muestra basta un botón.
El día 12 de noviembre, la UNAM emitió un comunicado en el que manifestó “preocupación” por las “lamentables” declaraciones de la legisladora panista Teresa Ortuño, que preside la Comisión de Educación del Senado de la República.
Durante una entrega de reconocimientos a institutos tecnológicos, Ortuño pidió a los directivos de instituciones de educación superior que “todos nos apretemos el cinturón y por favor, no me vengan con esa demagogia de que nadie puede apretárselo”, por que  “Perdónenme, donde quiera hay grasita para cortar y se puede cortar grasita sin llegar al músculo ni al hueso”. “No se vale echarle la pelotita a Calderón” remató la senadora. En el mismo foro, el Secretario de Educación Publica, Alonso Lujambio, avaló a Ortuño al señalar que ella “prestigia la política” y le agradeció su “inteligencia, entusiasmo y pasión…” En su comunicado, la UNAM señaló que con su postura Ortuño “solo muestra su absoluto desconocimiento de la realidad educativa nacional” y manifestó su extrañeza por el aval implícito del Secretario de Educación a la senadora.
Sobre la emergencia de la insatisfacción colectiva, se asienta una realidad que golpea frente a los ojos y que es definitivamente consecuencia de un mal diagnostico sobre las posibilidades productivas y la inversión que debe realizarse para lograr estos niveles de competitividad, el Estado mexicano debe definitivamente hacer una critica sobre el papel que juega la educación superior para resolver problemas de disparidad, desventajas y condiciones no pertinentes de desarrollo.
La meta educativa proyectada al finalizar el sexenio es de darle acceso a educación superior  a 30% de los jóvenes mexicanos, -cifra de por sí baja respecto a la de países desarrollados- está condenada al fracaso si no obtienen ni financiamiento ni políticas adecuadas.
Y si, los que no entran existen, aunque  Calderón, la senadora Ortuño o el Secretario Lujambio no los quieran ver, y se representan a sí mismos, están organizados en el Movimiento de estudiantes rechazados bajo la demanda de recibir  educación publica por derecho, y para hacerlo valer se han apoltronado millones de veces frente rectorías, universidades y cámara de diputados y senadores, se acompañan de sus madres, tíos, amigos y están ahí siempre alertas esperando la mínima señal de que sus demandas sean al menos consideradas, el ultimo logro fueron espacios abiertos a condición de estudiar un año en universidades privadas afiliadas al sistema de la UNAM y del Politécnico y conservar un promedio alto, sin embargo esto solo beneficiaria a la cuarta parte de estudiantes unidos a este movimiento, lo cual nos deja aún con la duda ¿Y LOS RECHAZADOS QUÉ?
Entonces hablemos de lo que pasará con el bono demográfico con el que cuenta México en este tiempo y que a partir de 2013 cuando la pirámide se invierta y la población joven sea mayoritaria, exija empleos, educación media y superior más todos los servicios.
Esta es una oportunidad inaudita, debemos exigir que haya congruencia entre los que nos mantienen y los que deberemos mantener, porque entonces hablamos concretamente de un aumento de población inactiva que se convierte en un peso mas a toda la problemática social ya de por sí existente.
“¡La educación es un derecho no un privilegio, no aceptaremos ser rechazados!”
Se les ve cansados, hartos de tanto caminar y gritar, sabiendo que no serán escuchados, sabiendo que de esos cientos tal vez solo y si tienen suerte la cuarta parte lo obtendrá, para quienes los seleccionan no importan sus historias, ni las madres que han tenido que trabajar dos turnos diarios para lograr darles para el transporte, tampoco piensan en el que viajó casi 3 horas de lunes a viernes  durante 3 años para poder finalmente entrar en una carrera en donde al terminar podría entrar a trabajar y ahora sí comprarse una casa cerca del centro de la ciudad de México y  comprar un carro para transportar a sus hijos, para evitar que una vez mas el pesero intermedie entre sus sueños…

1 comentario:

revista de educación dijo...

Ilían,

Te cae que tu lo escribiste? o me estás choreando?

Es un muy buen ensayo, lo que espero de las estudiantes: involucramiento, pasión por por conocer y explicar, sentido para hacerse preguntas.

La investigación social parte de la formulación de preguntas pertinentes.

FELICIDADES!

Diez..............